Siempre he tenido una habitación, o un espacio en mi habitación, para estudiar. Con los años, estudiar se transformó en mi profesión y ahora sigo teniendo una habitación sólo para eso. Pero entre tantos libros, carpetas, cuadernos, folios, material de escritorio... están empezando a aparecer otras cosas: pegamentos diversos, cola para madera y papel, goma eva, tijeras con diferentes cortes, botecitos llenos de cintas de raso, piedras, botones de colores, papeles de regalo. Otras cosas, las telas que compré hace poco, ovillos de pompones que cuando los compré no sabía cómo se tejían (hace unos día encontrar un tutorial), una pistola de silicona que acabo de empezar a usar, una caja pequeña de herramientas (las grandes y de todos los tipos las guarda mi chico en otro sitio), bolas de porexpán, pinturas, decapantes, lijas... están repartidos por varios armarios y en la despensa. ¡Me encantaría que todo estuviera en el mismo sitio, con una gran mesa y un banco de trabajo! Espero poder organizar algo así en unos meses. Y, mientras ese momento llega, disfruto viendo los talleres de los demás.
En
Country Living nos proponen algunas ideas para organizar nuestro lugar de trabajo.
He encontrado otras muchas propuestas, así que esta entrega tendrá una segunda parte, al menos.
CONTINUARÁ...